"Entre el Rey David y Santa Cecilia"
La escuela de organería del Cuzco
Hacia fines del siglo
XVI, habría comenzado en el Perú, la construcción local de
órganos, con el fin de proveer a la Iglesia Católica, de la
principal herramienta litúrgico-musical favorecida por el
Concilio de Trento (1545-1563). Mientras se producía esta
expansión de templos y conventos, la provisión de muebles
y objetos litúrgicos para el culto desde Europa, entraría
en crisis; siendo ineficaz para abastecer extensos territorios
surcados por montañas.
Si bien los primeros organeros
-constructores de órganos- serían españoles, estos rápidamente
enseñaron el arte a los criollos y probablemente también a
los indios evangelizados. Como bién sabemos, este floreciente
desarrollo se verificó en todas las artes, entre las que sobresale
la "escuela cuzqueña de pintura". Muy diferente resultaría
este proceso en México, donde la tradición española de organería
sentó fuertemente sus bases, influencia que se extendería
durante todo el siglo XVIII.
Es así que podemos hablar
categóricamente de una "escuela cuzqueña de organería", debido
a la gran cantidad de instrumentos hallados en el Cuzco y
zonas aledañas, con características similares. Esta escuela
se habría extendido hacia regiones más alejadas del Perú y
probablemente también a Bolivia, hasta alcanzar el norte de
la actual República Argentina.
Es interesante hacer notar,
que paralelamente al desarrollo de la música en las urbes
españolas, se generó un importante aporte desde las "reducciones"
jesuíticas que contaban con talleres propios para la fabricación
de instrumentos musicales. Así lo prueban los talleres montados
por el padre Antonio Sepp (l655-1733) en la reducción de los
Tres reyes Magos (Yapeyú - Argentina) y el del padre Martín
Schmid (l694-1772) en las reducciones de los indios Chiquitos
(al este de Bolivia). No conocemos hasta el presente antecedentes
mas remotos sobre construcción de órganos en todo el continente
americano que puedan ser probados por las obras mismas, es
decir, la actual supervivencia de instrumentos históricos.
Si, en cambio, existen testimonios por escrito en diversos
archivos, que prueban la construcción de órganos coloniales
en el continente desde mediados del siglo XVI.
Demás está decir que las
fuentes escritas sobre órganos históricos son casi inexistentes
en Sudamérica, y con respecto al Perú, hasta el momento sólo
tenemos conocimiento de un estudio publicado por un aficcionado
belga: "Organos históricos del Perú", del Sr. Hans van Gemert,
editado en Lima por Concytec, hacia 1986. Es nuestro deseo
enumerar a continuación las características básicas de la
escuela cuzqueña de organería, ateniéndonos a investigaciones
personales realizadas en febrero de 1995.
- Organo del tipo de gabinete en un
solo cuerpo, con o sin postigos.
- Alimentación de aire por fuelles
de cuña, directa, sin fuelle de reserva.
- Un solo teclado manual, sin pedalera
(teclado para los pies), dividido entre Do3 y
Do#3, con octava corta Mi/Do, rigurosamente para
todos los instrumentos. En el agudo la extensión llega hasta
el La4 o Do5.
- Registros de corredera con mandos
al frente, al lado del teclado o simplemente al costado
de la caja del instrumento.
- Tracción mecánica directa bajo la
secreta por medio de alambres o una rudimentaria reducción
en el caso de instrumentos de mayor tamaño.
- En la composición de los juegos se
utilizan tubos abiertos, tapados, de chimenea y lengüetas.
Existencia de registros
especiales como "pajarillos" (gorgeos de pájaros) y el más
importante: "el tambor", consistente en dos tubos graves que
suenan simultaneamente, produciendo un choque de frecuencias.
Este último aparece con bastante regularidad, inclusive en
instrumentos pequeños, por lo que se deduce que se lo usaba
como un recurso de ejecución en determinados tiempos litúrgicos
(probablemente Viernes Santo y otros oficios de Pasión).
A continuación vertimos
una disposición "tipo" (teórica) de un órgano cuzqueño que
podrá servir de guía sintética a organistas, organeros y musicólogos:
Bajos: |
Tiples: |
(izquierda) |
(derecha) |
------- |
Enflautado 8' |
Tapadas 8' |
Tapadas 8' |
Octava 4' |
Octava 4' |
Nazardo o Quinta 2-2/3' |
Nazardo o Quinta 2-2/3' |
Octavín 2' |
Octavín 2' |
Quintilla 1-1/3' |
Quintilla 1-1/3' |
Lleno |
Lleno |
------- |
Corneta (montada) |
Trompas 8' |
Trompas 8' |
Tambor, alimentado por
dos fuelles independientes, y "Pajarillos".
Hemos preferido dar las
alturas de los juegos en pies, aunque por tradición hispánica
se lo hacía en "palmos", y en general en los órganos cuzqueños
no aparecen nomencladores de registros. Hasta ahora sólo hemos
hallado una serie de etiquetas aparentemente originales, en
los juegos de bajo del órgano de Nuestra Señora de Belén del
Cuzco. En otros casos, como los órganos de San Jerónimo y
San Juan de Huaro, se trataría de inscripciones muy posteriores
a la primitiva construcción de los instrumentos. Esta es una
de las principales dificultades que encontramos a la hora
de inscribir claramente las disposiciones de cada instrumento:
la falta de listados de registros. A esto también debemos
sumarle el "caos" reinante en el interior de las cajas, con
tubos doblados, fuera de su lugar o simplemente faltantes.
En la medida en que podamos realizar un estudio en profundidad
sobre los tubos y secretas existentes, se revelarán las disposiciones
originales de cada instrumento en particular.
Otro importante elemento
decorativo de la "escuela cuzqueña" está representado en las
bellísimas pinturas que encontramos frecuentemente en el exterior
de los postigos de las cajas. Dos personajes asociados a la
música en la tradición "judeo - cristiana", aparecen con bastante
frecuencia: el Rey David de Israel ejecutando un arpa gótica
en Santísimo Salvador de Oropesa, una céltica en el órgano
de la Epístola de la Catedral del Cuzco. En San Francisco
de Paula de Ayacucho, el rey David ha sido suplantado por
el rey Don Fernando; en este caso seguramente el autor de
la pintura quiso homenajear a Fernando VI de España. En cuanto
al segundo personaje "Santa Cecilia", mártir de los primeros
siglos del cristianismo, como bién sabemos es la "patrona
de la música", y desde tiempo inmemorial se la asocia siempre
con el órgano.
Ninguno de estos instrumentos
ha sido provisto hasta ahora de ventilador centrífugo, la
insuflación manual del aire debe realizarse con la mayor coordinación
para evitar el ocasional corte en el suministro del viento.
Hasta el momento no hemos encontrado ningún juego de 16' como
base, excepto el "tambor" en los órganos de la Catedral, Iglesia
de Lamay, y San Juán de Huaro (solamente dos tubos abiertos).
Existen órganos de 8' abiertos -"Enflautado de 13 o 14 palmos"-,
al menos real para el discanto y completando los bajos con
tubos tapados; 4' abiertos -"Octava o Tapadas de 6 palmos"-;
y finalmente hallamos los positivos con base 2', como el de
Fray Salamanca en el Convento de la Merced del Cuzco. Estos
pequeños instrumentos eran muy difundidos y fáciles de transportar,
especialmente para las procesiones de Semana Santa, Fiestas
de la Virgen, etc... En nuestro libro "Censo y Estudio de
los órganos de la República Argentina", citamos al positivo
de Susques, en la provincia de Jujuy, como al único sobreviviente
de esta especie de "positivo transportable", siendo el órgano
más antiguo en todo el territorio argentino.
En cuanto al diapasón
de estos instrumentos, sólo podemos confirmar el del órgano
del Evangelio de la Catedral del Cuzco: algo menos de un tono
y medio -casi una tercera menor- por debajo del normal (La=
440 Hz). Aquí debemos recordar lo que nos dice Juan Bermudo
en su "Declaración de Instrumentos Musicales", libro cuarto,
capítulo 45 (editado en 1555); existirían instrumentos de
altura normal y en sus octavas correspondientes, y finalmente
nos habla de órganos que "son un diatesaron más alto que los
sobredichos", es decir una cuarta más aguda -instrumentos
transpositores en fa de nueve palmos y medio-. Sólo estudios
muy precisos sobre los tubos aún existentes en los órganos
cuzqueños nos podrán revelar este misterio, y más aún el del
temperamento corriente de esta escuela, que suponemos se trate
de una variedad de "mesotónico". Por todos estos motivos técnicos,
sumados al estrícto rigor histórico que deberá primar en los
proyectos de restauración de los órganos cuzqueños, sugerimos
a las autoridades peruanas un análisis previo antes de la
aprobación de cualquier "presupuesto apurado" de algún organero
local o extranjero. Este análisis previo debería hacerse sobre
la base de un pormenorizado estudio técnico-histórico de todos
los órganos o partes que aún restan de ellos, a cargo de personas
calificadas (organistas u organeros), y presentado antes de
la elaboración de los proyectos de restauración y presupuestos
finales. Agradecemos al Instituto Nacional de Cultura del
Perú, su apoyo brindado en nuestra visita al Cuzco, y esperamos
que la pronta y eficaz restauración de los órganos cuzqueños
sirva para acrecentar aún más las riquezas de este soberbio
Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Miguel Prisciliano Juárez
Organista de la Basílica de San Antonio de Padua
Buenos Aires - Argentina.
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